Baculoviridae
La familia Baculoviridae es la más estudiada en lo
referente a grupos de virus patógenos de insectos (Tanada y Kaya, 1993). Dentro
del contexto histórico, el estudio de los baculovirus se encuentra inicialmente
relacionado a las mermas ocasionadas por patologías desconocidas en la cría del
gusano de seda, Bombyx mori (Lepidoptera:
Bombycidae). Mediante el uso y mejora de herramientas como el microscopio
óptico durante mediados del siglo XIX, se determinó que una de las principales
causas de muerte se caracterizaba por la presencia de cuerpos de oclusión
poliédricos (OBs por sus siglas en inglés) dentro de las células.
Posteriormente, a finales de 1940 se determinó la presencia de viriones en
forma de bastón mediante microscopía electrónica. Finalmente esta patología comenzó
a denominarse como virus de la poliedrosis nuclear (posteriormente nucleopoliedrovirus
o NPV, por sus siglas en inglés). El término baculovirus fue sugerido por el
Dr. Mauro Martignoni alusivo a la forma de varilla o bastón (baculum=bastón) que presentaban los
viriones (Rohrmann, 2008). Los baculovirus afectan específicamente a
artrópodos. Se han aislado miembros de esta familia en más de 700 especies de
insectos, la mayoría lepidópteros, dípteros e himenópteros. Después de un cambio reciente en su clasificación
(Jehle et al., 2006), la familia consta de cuatro géneros: Alphabaculovirus (NPVs de lepidópteros), Betabaculovirus (granulovirus [GV] de lepidópteros), Gammabaculovirus (NPVs de himenópteros)
y Deltabaculovirus (NPVs de
dípteros). Todos ellos poseen un estrecho espectro de hospederos,
elevada patogenicidad y virulencia, los cuales son atributos ideales para ser
desarrollados como insecticidas biológicos. Además, no representan riesgos
ambientales mayores en términos de residuos tóxicos, efectos a organismos no
blanco o riesgos para los agricultores que aplican los bioinsecticidas basados
en baculovirus (Caballero et al., 2009).
Los NPVs son entidades
estructuralmente complejas. Consisten en un genoma empacado dentro de una
nucleocápsida que está envuelta en una membrana de lipoproteínas para formar el virión, el cual está
incluido en una matriz de proteína que representa el poliedro o cuerpo de
inclusión. El genoma de los baculovirus consta de una molécula circular de ADN
de doble cadena que oscila entre 80 y 180 kilopares de bases (kpb) y codifica
entre 90 y 180 genes (Van Oers y Vlak, 2007). La unidad genética de los baculovirus es la nucleocápsida,
que es una estructura compacta con un diámetro comprendido entre
30-60 nm y una longitud entre 250-300 nm, cuya función principal es transportar
el genoma viral hacia la célula huésped. Los viriones de los baculovirus comparten la misma estructura básica y
constituyen la unidad morfológica de respuesta para la infección viral. En
la mayoría de los baculovirus existen dos tipos de viriones con idéntico
genotipo y diferente fenotipo. Los viriones ocluidos (ODVs) y viriones
brotantes (BVs) cumplen roles diferentes durante el ciclo biológico del virus.
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Componentes estructurales de baculovirus (adaptado de Rhormann, 2008). |
La morfología
de los OBs es un carácter taxonómico muy importante en los baculovirus. Por
ejemplo, el tamaño y la forma de éstos, permite diferenciar a dos de los
géneros más representativos, los alfabaculovirus (NPVs) y los betabaculovirus
(GVs). Los betabaculovirus presentan OBs pequeños denominados gránulos con un
diámetro de 150 nm y 400-600 nm de longitud, compuestos por una proteína
denominada granulina y normalmente un único virion. En cambio, los OBs de los
alfabaculovirus pueden variar entre 0.5 y 15 µm de diámetro: el tamaño medio
oscila entre 0.8 y 2 µm, con formas de cubo, dodecaedro y tetraedro, pero
generalmente suelen tener formas irregulares (Volkman, 2007); aquellos que sólo
contienen ODVs de tipo simple, son denominados SNPVs, y los que contienen ODVs
de tipo múltiple, se denominan MNPVs (Francki et al., 1991)
El estado larval es el más susceptible, los
virus penetran a las larvas de primeros estadios por vía oral debido a la
ingesta de alimentos contaminados con poliedros. También existe la transmisión transovarial
y transóvulo, estas dos últimas con relativa baja frecuencia, de manera general
la larva muere a partir de sexto o séptimo día, este periodo es variable y esta
dictaminado principalmente por la cepa viral empleada, estado de desarrollo y
el ambiente (Melo-Molina, 2001). Generalmente las células afectadas son las de
la matriz traqueal, el cuerpo graso, el tejido muscular, el nervioso, el
reproductivo, el glandular, los hemocitos y las células epiteliales. Poco antes
de la muerte, los insectos infectados se vuelven pálidos , flácidos y
frecuentemente suben a las partes apicales de las plantas donde mueren. El
cuerpo del insecto se rompe liberando millones de cuerpos de inclusión, que
contaminan el follaje inferior permitiendo la transmisión a otras larvas
susceptibles. Una vez ingeridos, los cuerpos de inclusión se disuelven en el
intestino alcalino de los insectos, liberando los viriones que producirán el
siguiente ciclo de infección (Caballero et al.,
2001).
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